Iniciamos esta nueva sección de libros y películas animalistas con El Alma de los Animales

Autor: Gary Kowalski

Editorial: Arkano

Orientación: Espiritual

Recomendado para: educadores, padres de familia, profesionales del área espiritual y todos aquellos que buscan un camino espiritual unido al respeto y divinización de nuestros hermanos de planeta.

 

Reseña:

El Alma de los Animales es uno de esos libros que puede llegar por accidente a tu vida, sin buscarlo, porque no es una publicación que brille en las estanterías de lecturas sobre animales, tal vez por su carácter espiritual y no científico.

[learn_more caption=»Leer reseña completa»]En este libro el autor hace un análisis de diferentes aspectos de la vida de los animales, resaltando en cada uno de ellos su espiritualidad y justificando así el hecho de que sí tienen alma. Por ejemplo, destaca la faceta lúdica de los animales, su relación con la muerte, su capacidad de percepción extrasensorial (o lo que sería extrasensorial para los humanos), el canto de los pájaros, el amor entre los animales y especialmente las capacidades artísticas de algunos animales.

 

 

Uno de los capítulos más llamativos es en el que narra la historia de la elefanta asiática Siri, como ejemplo de la expresión artística de muchos elefantes y cómo la manifiestan por medio de dibujos y pinturas. Todos estos aspectos que el autor analiza están enmarcados dentro de una búsqueda por comprender cómo los animales hacen parte de nuestro mismo proceso evolutivo y que debemos considerarlos como seres divinos a los cuales se les ha negado su valor en este planeta por un afán utilitarista y deja sentado el precedente del papel de la religión y la teología en la negación del alma de los animales.

 

 

Una de las citas que más disfruté de este libro es la siguiente: “Los padres y los mayores, la iglesia y la escuela nos enseñan la lección de que la única especia realmente importante en la Tierra es una y que la gente que se preocupa por los animales es sentimental e irracional o está desinformada. Nos dicen que los animales no tienen sentimientos. No tienen alma. No tienen ninguna sensación de sí mismos y existen exclusivamente para servir y satisfacer los deseos de los humanos. Negamos la sabiduría interna que poseemos de niños. Suprimimos nuestros sentimientos intuitivos de reverencia y parentesco. Y esta negación es lo que nos permite usar y explotar a los animales como herramientas de investigación, como materias primas y como recursos». [/learn_more]

 

 

 

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